Bautista Berisso, socio gerente de El Paruco, empresa productora y exportadora entrerriana, explicó que en términos de producción, 2025 mostró volúmenes “normales”, con rendimientos estables por hectárea y sin grandes desbalances entre variedades. Sin embargo, el evento climático más determinante del año fueron las heladas de principios de julio, que afectaron de manera significativa a varias zonas productoras. Berisso califica este fenómeno como “el principal problema productivo del año, especialmente en mandarinas de la variedad Honney Murcott, donde estima pérdidas del 40 al 50 por ciento. En naranja, el impacto fue menor pero igualmente visible, con temperaturas que llegaron a -6 °C en algunas áreas”, se informó en el sitio oficial de la Federación Citrus de Entre Ríos (FeCiER).
“El efecto de estas heladas generó una interrupción temporal en la actividad industrial durante unas tres semanas, mientras los empacadores evaluaban el daño en campo y reorganizaban la cosecha hacia sectores menos afectados”, mencionó Berisso.
“A nivel comercial, Argentina continúa ampliando su presencia en mercados internacionales, con Brasil consolidándose como un destino clave desde que se flexibilizó el protocolo este año, muy importante para poder trabajar con mayor fluidez y abastecer la demanda. Brasil empezó a ser un jugador demandante importante”, indicó Berisso, destacando que esta plaza ofrece una ventana atractiva para naranjas Navel entre octubre y noviembre, antes de la entrada de fruta española.
Canadá, Filipinas y Rusia también permanecen activos para la oferta argentina, aunque sin grandes variaciones respecto a campañas previas. “Si bien algunos mercados mostraron mejores condiciones, el impacto positivo se vio atenuado por la actualización de los costos internos en dólares, que aumentaron con fuerza tras los cambios macroeconómicos del país. No se pueden trasladar esos costos al cliente extranjero”, advierte, lo que presiona la competitividad frente a proveedores como Uruguay o Chile.
Para el 2026, las expectativas productivas son moderadamente positivas. “La floración se presentó pareja, sin los pulsos desordenados del año anterior, y las lluvias del último mes favorecieron el cuaje y el desarrollo del fruto. Tampoco se observa, por ahora, un avance claro del fenómeno de La Niña, lo que reduce el riesgo de purga temprana”, comentó.
En el mercado doméstico, la prioridad del sector será evitar la sobreoferta que presionó los precios la campaña pasada, cuando coincidieron fruta de cámara, fruta de planta e importaciones, indicó la FeCiER. “Cuando se juntan dos campañas sin un bache, no es bueno para la siguiente”, subrayó Berisso.

A nivel internacional, el sector espera noticias sobre el avance de la apertura del mercado estadounidense, proceso actualmente en etapa de consulta pública. “De concretarse, representaría una gran oportunidad para la citricultura local”, señaló el CEO, quien destacó el potencial de crecimiento de la región productora del norte de Entre Ríos y sur de Corrientes.













