Salió con la obligación de ganar para alcanzar el sueño de clasificarse a los octavos de final de la Copa Sudamericana. Salió con la mente puesta en conseguir el objetivo planteado desde comienzos de temporada. Salió a hacer lo que no pudieron lograr dos grandes del fútbol argentino como Independiente y Racing, además de Defensa y Banfield. Y se fue de Colombia a pura fiesta. Porque pisó fuerte en Barranquilla, le ganó en el mano a mano a Junior (llegó a la última fecha como líder) y continúa con vida.

El único momento en el que la victoria del Tate corrió riesgo fue en los primeros segundos del encuentro, cuando el local casi sorprende. Sin embargo, la visita puso todo en orden poco después: Claudio Corvalán fue con todo al ataque, tiró el centro y Gabriel Fuentes la metió increíblemente en contra. Sí, todo un regalito que fue muy bien aprovechado.

El delantero tatengue selló el cuarto tanto de Unión ante Junior, en Barranquilla. Así el conjunto de Santa Fé jugará los octavos de final de la Sudamericana.

Pese al 1-0, Unión no se quedó ahí. Apoyándose en la figura de Santiago Mele (ya había parado un tiro desde los 12 pasos frente a Fluminense), que sostuvo al equipo atajando el penal a Miguel Borja, fue por más: tuvo orden, paciencia y contundencia para estirar la diferencia. Clave fue el golazo de Jonatan Álvez. El uruguayo, antes de la finalización del PT, metió un caño delicioso y sacó un bombazo al ángulo para llevar un poco más de calma.

Lejos de apichonarse, de tirarse atrás, de cuidar el resultado, algo que hubiera sido lo más lógico ante la presión de aguantar la diferencia, el Tate tuvo el convencimiento que le dio Gustavo Munúa para pisar el acelerador y pasar por arriba a un Junior que fue sorprendido en el complemento: goles de Kevin Zenón y Matías Gallegos para escribir una nueva página dorada en su historia.
Fuente: Olé